Siempre he pensado que las vacaciones deben «ganarse» o «merecerse». Cuando esto sucede son mejores, se disfrutan más y funcionan como pulmón (para luego volver a la carga). Cuando paras después de haber trabajado bien, rodeado de buenos profesionales y en un proyecto sólido y con futuro, una mueca de satisfacción aflora en tu rostro. Entonces todo encaja, todo tiene sentido: el esfuerzo, el descanso, son fases de un buen momento. Las dos se complementan y las cosas tienen un sentido. Así es como me gusta sentirme y así es como me siento ahora después de la primera temporada de «Late Motiv» en #0.
Les dije a mis compañeros en una breve charla que notaba como si me hubiera reenamorado de la tele y que ellos, por supuesto, tenían toda la «culpa». Desde el primer momento, allá por el mes de Noviembre, nos dimos cuenta de que teníamos algo bueno entre manos. Algo que nos ilusionaba, nos podía dignificar y divertir. Teníamos ganas, teníamos medios y confiaban en nosotros. ¡No podíamos fallar! Nos pusimos todos manos a la obra con la pasión que estos programas requieren porque son un reflejo en HD de tu estado de ánimo, de tu vitalidad personal y artística. Nos esforzamos tratando de ganar terreno seguro cada noche, de crecer y de pasarlo bien. Si lo hacíamos, podíamos traspasar la pantalla con esa sensación y comunicarla a nuestros espectadores. Esos a los que siempre respeto por encima de todo. Cada día más. Bueno pues espero que lo hayamos conseguido en esta primera fase. Yo creo que sí y mira que soy muy exigente conmigo mismo.
Queda mucho trabajo, como siempre, pero lo haremos con la cabeza bien alta. Intentaremos seguir evolucionando, sorprendiendo y convocando a los mejores invitados, músicos y cómicos del mundo.
Quisiera volver a agradecer a todos mis compañeros su dedicación, su complicidad y su amabilidad. Y a nuestros seguidores que nos siguen en la tele de pago o nos pescan en las redes. Notamos su aliento. Y por supuesto a Movistar y #0 porque su apuesta se ha convertido en nuestro trabajo. Hay que ser agradecido.
Después del último programa, fuimos todos a tomar una copa. La banda tocó. Estábamos cansados pero contentos. Bebimos, reímos, cantamos y nos deseamos un buen descanso. Eso es el éxito.