Los peajes #noquieropagar

Jueves, 10 de mayo de 2012

¿Cómo se va a arreglar la crisis de los peajes en Cataluña? Poniendo más peajes por toda España. Curioso método liberal de patada y para delante. El cabreo catalán de las autopistas está más que justificado. Se ha ido soportando en silencio durante décadas y ahora ha explotado. Normal. Cataluña tiene uno de cada cinco kilómetros de autopistas de todo el país.

Recuerdo cuando yo era pequeño, en los setenta. Nos dijeron que no había recursos y que había que financiarla a través de una concesionaria que la explotaría durante 25 años. Nos lo creímos, estábamos construyendo la modernidad. Pero el tiempo ha pasado, la concesionaria se forra y el Gobierno ahora es más dependiente que nunca de los impuestos del maldito negocio de las barreritas. Un Gobierno (el catalán) sibilino y escurridizo ante el marrón que dice: «Entendemos el malestar». Puede que lo entienda, pero ahora veremos cómo soluciona el conflicto.

Josep Casadellà fue el conductor que encendió la mecha con su negativa a seguir pagando por conducir. Pero el polvorín del hartazgo hace muchos años que ha ido creciendo. La crisis solo ha destapado y recrudecido lo que vergonzosamente se ha venido arrastrando. Me sumo al #noquieropagar o propongo una revisión del eslogan: #noquieropagarportodo.

«El Berenjenal» en Interviú.

Perder

Jueves, 3 de mayo de 2012

Es muy fácil decir: «Hay que saber perder». Lo difícil es llevarlo bien, asumirlo, integrarlo y obrar en consecuencia. El amargo aroma de la derrota nos sobrevuela, parece que todo lo impregna con un perfume barato y rancio. El fútbol (el gran analgésico) nos ha fallado, y el Barça y el Madrid se quedaron a las puertas de la final. Hombres tristes, hinchas deshinchados, balones en las nubes, sueños en los infiernos…

Perder… Perdemos en Europa, a la que comparan economías. Nos han puesto de cara a la pared con grandes orejas de burro. Perdemos prestaciones sanitarias, capacidad de gestión en las autonomías, empresas en el extranjero… Pero, cuidado, hasta los listos pueden perder su poltrona. Sarkozy, el que dice tener un GPS junto a los alemanes para salir de esta, quizás se quede en la cuneta.

¿Se acuerdan de cuando ganábamos? Ya no digo dinero, hablo de un estado de ánimo. Quizás lo soñamos, pero me niego a pensar que todo va a ser oscuro, negro, nublado, lluvioso… La esperanza es lo último que se pierde. Hay que blindarla como sea.

«El Berenjenal» en Interviú.

El cachondeo real

Jueves, 26 de abril de 2012

El cachondeo (reacciones críticas y divertidas) que ha generado la lesión del Rey en su cacería es proporcional a su omnipresencia en la sociedad española. Casi todo el mundo ha hecho, ha escuchado, ha tuiteado o ha dado difusión a una chanza sobre el tema. En la calle, en las redes, en los bares, en las casas, en las oficinas del paro… En todas partes, vamos. ¿Había ganas? Seguramente.

Miren, yo no sé casi de nada. De lo poco que tengo unos cuantos conocimientos es de comedia y no recuerdo que una cadera rota diera tanto juego. También recuerdo cuando, en este país, los chistes sobre la monarquía eran algo así como un atentado al Estado de derecho. No era verdad. Hablaba nuestro miedo, nuestra falta de práctica, los años de oscurantismo humorístico y todas esas cosas nocivas para la salud mental de un país. Todo eso ha cambiado un poco. Ahora, un soplo de republicanismo recorre las calles de un país con las tuercas apretadas, las tijeras de los recortes afiladas y la paciencia evaporándose como un vaso de agua al sol. El Rey pidió perdón en un vídeo casi doméstico (calculadísimo) y ya circulan bromas también sobre eso. Bendito contagio el del humor que nos ayuda a soportar lo que no entendemos o lo que no estamos dispuestos a entender.

«El Berenjenal» en Interviú.

Una monja mala

Jueves, 19 de abril de 2012

Ya se destapa la caja de los truenos de los niños robados. Una caja (negra) que guarda tempestades y que solo la Justicia puede airear y reparar. Reparar es un decir, porque a ver cómo arreglas el hecho de saber que fuiste un niño robado, que te vendieron, que eras una mercancía, que se enterraban cuerpos inexistentes… ¡Terrible!

Y ahora aparece en escena una monja mala llamada sor María. Una anciana de rostro avinagrado que se niega a declarar aportando más sombras (si cabe) a esta truculenta historia. La monja miente. Los que la sufrieron dicen que era fría, dura, calculadora y exigente. Todavía nos choca ver a un miembro del estamento religioso ante los tribunales. ¿Por qué? Esa candidez, esa inmunidad que siempre los ha acompañado, no les hace ningún favor. Si han cometido delitos, que lo paguen y que se sepa.

Hay religiosos buenísimos que se desviven por los otros. Si yo fuera uno de ellos, me cabrearía que me incluyeran en el mismo saco que a sor María. La monja se metió en un coche tan oscuro como su pasado y ese coche no debe ir a ningún sitio. Ya ha cometido demasiadas infracciones.

«El Berenjenal» en Interviú.

El hombre y el mono

Jueves, 12 de abril de 2012

Se le atribuye a Nietzsche la siguiente frase: «El mono es demasiado bueno para que el hombre descienda de él». Bien pensado. El hombre hace cosas que un mono no haría. Como si su (presunta) inteligencia le jugara a la contra. El hombre español se planta en Las Vegas, dejándose el sentido común en casa, para mendigar una sucursal de ese mundo de cartón piedra que no va con nosotros. Un mono en Las Vegas sale huyendo. Se encarama en la falsa Torre Eiffel y no lo baja ni el de Cuatro que ensimisma perros. Pero el hombre necesita dinero. Incluso el que no tiene porque ya se lo ha gastado. Nuestra selva se llama capitalismo (caducado) y los mercados son los árboles que no nos dejan ver el sol. El mono, mientras tanto, nos mira balanceándose desde su neumático, pensando: «Qué burros son. Cómo se complican la vida».

«El Berenjenal» en Interviú.

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