Las cajas negras

Domingo, 20 de mayo de 2012

Atención, metáfora: puede que lo de Bankia sea la caja negra donde encontremos la explicación del batacazo económico de este país, de ese accidente que ha descacharrado nuestra economía hasta dejarnos averiados en la cuenta de Europa y del mundo. En esa caja negra encontraríamos la contrastada inoperancia de los políticos cuando se meten a banqueros. Si los banqueros ya no saben hacer bien de banqueros, imagínate a los políticos…

Lo primero sería reconocer el accidente (dignificando a sus víctimas, que somos todos) y no marear más la perdiz. Ese Rodrigo Rato diciendo que la deja bien es de vergüenza ajena. ¡Pero si se sabe todo! ¡Si las cuentas supuran activos tóxicos! ¡Si casi no queda un banco bueno! ¿A quién quieren engañar? El Gobierno la va a rescatar. Se le ve a la legua y, otra vez, enmascarar esas y otras intenciones no hará otra cosa que encender aún más a la gente.

Reconoce el error, pasa de la imagen exterior y de los mercados. Ponte a trabajar en una dirección clara, sanea el maldito sector bancario y reactiva las financiaciones para que el tejido empresarial pueda respirar, para que la sociedad pueda plantearse un futuro a corto plazo.

Si no se va de cara, lo de Bankia es una caja negra o, algo peor, una caja de Pandora versión Tim Burton de donde van a salir tempestades. Y, por favor: bájense los sueldos, que hay cinco millones de parados. Muchas gracias.

«El Berenjenal» en Interviú.

Imprescindible

Martes, 8 de mayo de 2012

Después de cientos, miles de artículos… Después de millones de tertúlias radiofónicas y televisivas… Después de todo eso y más, tenía que ser Aleix Saló el que lo explicara desde el humor. Aunque a veces, a pesar de utilizar el cómic, se te va helando la sonrisa y te entra una mala leche…

Perder

Jueves, 3 de mayo de 2012

Es muy fácil decir: «Hay que saber perder». Lo difícil es llevarlo bien, asumirlo, integrarlo y obrar en consecuencia. El amargo aroma de la derrota nos sobrevuela, parece que todo lo impregna con un perfume barato y rancio. El fútbol (el gran analgésico) nos ha fallado, y el Barça y el Madrid se quedaron a las puertas de la final. Hombres tristes, hinchas deshinchados, balones en las nubes, sueños en los infiernos…

Perder… Perdemos en Europa, a la que comparan economías. Nos han puesto de cara a la pared con grandes orejas de burro. Perdemos prestaciones sanitarias, capacidad de gestión en las autonomías, empresas en el extranjero… Pero, cuidado, hasta los listos pueden perder su poltrona. Sarkozy, el que dice tener un GPS junto a los alemanes para salir de esta, quizás se quede en la cuneta.

¿Se acuerdan de cuando ganábamos? Ya no digo dinero, hablo de un estado de ánimo. Quizás lo soñamos, pero me niego a pensar que todo va a ser oscuro, negro, nublado, lluvioso… La esperanza es lo último que se pierde. Hay que blindarla como sea.

«El Berenjenal» en Interviú.

El cachondeo real

Jueves, 26 de abril de 2012

El cachondeo (reacciones críticas y divertidas) que ha generado la lesión del Rey en su cacería es proporcional a su omnipresencia en la sociedad española. Casi todo el mundo ha hecho, ha escuchado, ha tuiteado o ha dado difusión a una chanza sobre el tema. En la calle, en las redes, en los bares, en las casas, en las oficinas del paro… En todas partes, vamos. ¿Había ganas? Seguramente.

Miren, yo no sé casi de nada. De lo poco que tengo unos cuantos conocimientos es de comedia y no recuerdo que una cadera rota diera tanto juego. También recuerdo cuando, en este país, los chistes sobre la monarquía eran algo así como un atentado al Estado de derecho. No era verdad. Hablaba nuestro miedo, nuestra falta de práctica, los años de oscurantismo humorístico y todas esas cosas nocivas para la salud mental de un país. Todo eso ha cambiado un poco. Ahora, un soplo de republicanismo recorre las calles de un país con las tuercas apretadas, las tijeras de los recortes afiladas y la paciencia evaporándose como un vaso de agua al sol. El Rey pidió perdón en un vídeo casi doméstico (calculadísimo) y ya circulan bromas también sobre eso. Bendito contagio el del humor que nos ayuda a soportar lo que no entendemos o lo que no estamos dispuestos a entender.

«El Berenjenal» en Interviú.

Ya me quedo yo de guardia

Viernes, 6 de abril de 2012

Es imposible irse de vacaciones si tienes un programa que hacer a la vista. Muy a la vista. ¿Cuándo? Muy pronto. Como el 15 de Abril, por ejemplo. Vamos que no me iría tranquilo y, pensándolo bien, ya me he ido bastante. No quiero viajar más (durante un tiempo) porque prefiero acudir a nuestro queridísimo plató en el polígono industrial en Barcelona. Ha empezado la cuenta atrás. Hace unos días visité a los compañeros de «Número 1».
¡Qué envidia sana! Están a pocos metros de nosotros con lo que la calle desértica que nos acoge, acabará siendo la calle del espectáculo. Yo me quedo. A ver si sale el sol que lo dudo, o a ver si Mourinho sigue diciendo más tonterías. ¿Por qué contamina con sus chorradas la recta final de la Champions? Sigue en sus trece, denunciando (con esa poca habilidad que tiene), una ayuda arbitral al Barça, un plan conspiratorio organizado… ¡Venga hombre! Suena a preparación por si el Real Madrid pierde y esa no es la actitud. El Madrid tiene un equipazo y si llega a la final con el Barça, eso será para verlo.

Yo me quedo aquí, mirando de reojo las noticias económicas que cada día empeoran. ¿Parece imposible, no? ¡Pues se puede! Y, si no, para eso está Sarkozy que alerta a los franceses que si no le votan, les pasará como a Grecia y a España. ¡Hala, al mismo saco! Las precampañas tienen eso: dices lo que sea para no perder la poltrona. Y los mercados, esos entes oscuros que viven en un satélite dando vueltas a la tierra, venga a afilar su guadaña… Yo me quedo de guardia vigilando. Con una escopeta de mentira y un corcho en la punta. Apostado en mi terraza, escuchando la radio, dibujando a ratos, acabando un cuadro que tengo a medias con un amigo, alucinando con la vida, sacando fotos de gotas de lluvia, leyendo lo último de Ruíz Zafón que tendré el honor de presentar, …

Iros, iros que ya veréis cuando volváis…

De guardia

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