Otra vez

Sábado, 11 de agosto de 2007

¿Qué pienso de que me hayan pillado otra vez en la playa los del infraperiodismo?
Pues que es una buena noticia para las ONG. Ya conseguimos 100.000 euros con las anteriores fotos y sus respectivas sentencias a nuestro favor. Pero ellos insisten. Y yo, también. Vamos a denunciarles de nuevo. Lo haré siempre. Nunca tiraré la toalla en este sentido. Hay que desenmascarar a esas publicaciones que amparándose en la libertad de prensa, argumentan lo de que «eres un personaje público». No. Nuestra intimidad (como la de todos), está amparada por la Constitución y, ya que pago mis impuestos religiosamente y no vivo en Andorra, pido que esa ley me proteja y sancione a los que la pisotean. La pisotean y luego se forran a nuestra costa. No pueden mezclar a los «profesionales» de las revistas, con los que hemos dicho setenta mil veces que no queremos salir. Lo que pasa es que las multas, en este país, son demasiado baratas. A las revistas no les supone nada pagar las sanciones y seguir con lo suyo. Y así se pudre el periodismo, por su cara más insidiosa y desagaradable.

Por lo demás, sigo en mi isla (y la de dos millones de italianos), dibujando, comiendo pescado, leyendo, durmiendo y contemplando el mundo desde la posición horizontal. Un gran paréntesis hecho para ser vivido en pantalón corto y camisetas sin mangas. He debutado con mis dibujitos en la revista de verano de EL PAIS. Gracias Juan.

Hombre con perro

Mientras tanto, el programa para laSexta es un volcán aparentemente dormido, pero activo. Sigo atentamente las evoluciones del diseño gráfico y de decorados que coordinan Frankie de Leonardis y Esther Alonso. Están dibujando y construyendo nuestra nueva casa y pinta muy bien. Llegan un montón de mensajes de apoyo de nuestros seguidores. De todos los que van a sintonizar laSexta a partir del próximo 17 de septiembre. Bien.

31 grados

Martes, 24 de julio de 2007

Dejo mi aislamiento por unas horas y paso por Barcelona, camino de Madrid. Se acerca la noticia que todos estamos esperando: la continuidad de nuestro programa en otra cadena. Ya quedan pocas horas… Mientras tanto, la ciudad se achicharra y se apaga. Pero se apaga de verdad, porque se ha ido la luz y se ha quedado a oscuras. Un pedazo de avería de esas que les gusta a los periodistas. La radio vuelve a jugar un papel importante y va informando de lo que sucede. Mejor eso, que quedarse una hora colgado al teléfono de Fecsa Endesa que , como es habitual, indica que «espera que todo se solucione en breve». Lo mismo que dijo Kofi Annan, cuando dejo la ONU. Los apagones, dejan siempre en bragas a la modernidad. De repente recordamos nuestra vulnerabilidad y empezamos a buscar velas por todos los cajones. Y ya sabemos que en los cajones, suele haber de todo menos velas.

Yo, por si acaso, me he quedado en casa toda la mañana aplatanado. Compruebo que los de el jueves ya tienen operativa la web que había sido silenciada. La portada es cojonuda: Leticia de flor y Felipe de abeja apunto de fertilizarla. Punto y final para la polémica y las ventas de la revista que, a buen seguro, se van a disparar. Dicen que hasta se subasta la portada «maldita» en el e-bay. Si quieres dar importancia a algo, prohíbelo.

Me cruzo con un tío por el paseo de Gracia que me pregunta con complicidad: ¿Qué tal el ocho? ¡El ocho! Como soy muy educado, le digo que bien, muy bien. La verdad es que me gusta el número, pero desconocía que eso era de dominio común. La ciudad es más mestiza que nunca. Barcelona ya es , en toda regla, un destino turístico de primer orden. A mi eso me gusta. Siento algo parecido al orgullo. Orgullo de ciudad. Cuando veo que un turista consulta un mapa, pienso que se siente atraído por algo que yo quiero y, eso, no deja de ser bueno. ¿Se puede querer a una ciudad? Pues sí. La ciudad como escenario silencioso. Como el decorado de nuestras vidas.

Me he comprado Rayuela de Cortázar para saborearla en las tardes sofocantes. Me he leído «Plataforma» y la verdad es que me ha decepcionado un poco. Compro papel. Hay muchas cartas por escribir y todavía más dibujos por nacer.

Lo de El Jueves y la monarquía

Domingo, 22 de julio de 2007

Seguramente se les ha ido la mano a los de EL JUEVES con la viñeta donde aparecen los Príncipes de Asturias mirando hacia Soria. Como también se le ha ido la mano al juez que ha ordenado el embargo del número así, de sopetón, dando alas al debate sobre la libertad de expresión. Embargar siempre ha sido una palabra muy fea.
Pero la cosa merece conocer algunos detalles para no banalizar el caso y quedarnos tan solo en la epidermis del asunto.

Conozco a los de El Jueves de toda la vida. Son un referente, una luz en mitad del patio de corrección política que todo lo oscurece. Así que, de entrada un respeto. Resulta que, según me cuentan, los del «Tomate» en Tele 5, ponen la portada famosa más de media hora en los monitores que quedan detrás de la mesa y celebran que ya se puede hacer humor sobre la monarquía. Lo dicen, como siempre, interesadamente, porque a ellos ya les han dado un par de collejas, en alguna de sus aproximaciones rapaces a la monarquía.

El impacto de la tele ya lo sabemos. Alguien se escandaliza en Madrid, hace un par de llamadas y salta el incendio mediático que todo lo aumenta y lo mezcla. (Perdón por mezclar el «Tomate» y El Jueves). Los de El Jueves llevan muchos años haciendo humor sobre la monarquía. Con clase, incisivos y desacomplejados. Incluso tienen un libro recopilatorio: «Tocando los borbones» y nadie se ha muerto por ello. El mundo sigue girando sobre su órbita. ¿Que ahora han resbalado? Bueno, vale, de acuerdo. Resbala el que se mueve. El que se calla y se auto-censura, nunca tiene ningún problema. Y de esos hay un montón repartidos por todos lo medios con la espalda deformada de tanta reverencia.

Las viñetas tienen sentido en el marco de una publicación de humor. En su mundo, con su trayectoria, sus lectores y una barrera que se llama «comprar» la revista. Si lo sacas de ahí y lo amplificas, el riesgo se multiplica innecesariamente.

En nuestro programa hemos hecho humor de la monarquía y seguiremos haciéndolo. ¿Por qué no? Somos cómicos, la monarquía ha sido un invento del ser humano y, por tanto, está sometida al bisturí de la broma.

Hoy he recordado una frase de Jose Corbacho: «Prefiero pedir perdón, antes que pedir permiso».

Entrevistar

Martes, 10 de julio de 2007

Dice Juan Cruz en su web: «En las entrevistas uno ha de ser humilde y receptivo, y no ha de traslucir ante el lector las impresiones fugaces que se haga de las personas. Una entrevista nace de una relación de lealtad. La deslealtad se paga con el olvido». Totalmente de acuerdo contigo, AMIGO. ¡Qué sabio, Juan Cruz! Y como disfruté en la presentación de su «Ojalá Octubre», en Barcelona.

Juan es uno de los mejores entrevistadores que he conocido jamás. Por su curiosidad respetuosa, por su capacidad de saber escuchar lo justo, preguntar lo preciso y radiografiar hasta la médula a sus interpelados. Es generoso, detallista, un eterno buscador de felicidad y emociones. Todo eso se transmite en sus textos para EL PAIS que son puro amor al periodismo.

Lo de entrevistar es una de las cosas más difíciles con las que me he encontrado en la vida. Yo no soy un periodista, así que tengo algo parecido a una excusa en mi programa. Yo soy un anfitrión. Soy un «climatizador» (debo crear un clima confortable y transmitirlo). Puedo decir, orgulloso, que guardo una excelente relación con todos los personajes que han pasado por mi mesa. En algún caso, se han convertido en amigos. Es uno de los patrimonios que me quedarán el día que me retire.

Un entrevistador, nunca debe creerse más importante y listo que el entrevistado. Jamás. Todo el mundo tiene algo que aportar al espectáculo. Todos somos complementarios y nos necesitamos. Un entrevistador debe mirar a los ojos de su acompañante. Debe escucharle y olvidar los papeles. Y el entrevistado, el visitante, debe entender que no es de recibo mostrarse cerrado y desconfiado. Para eso quédate en casa. Una entrevista televisiva es un espectáculo de la palabra, servido por dos personas. Repito: dos personas. Lamentablemente no siempre se cumple, pero resulta apasionante intentarlo cada noche y persistiré en el intento. Siempre buscando la gran entrevista, como los surferos esperan la gran ola.

Intimidad a salvo

Viernes, 8 de junio de 2007

La justicia nos ha dado la razón en las dos sentencias, donde apelábamos a mi derecho por una intimidad a salvo tras el acoso de las revistas autodenominadas «del corazón». Me siento profundamente satisfecho y amparado. Luchar por algo que crees honesto y recibir el espaldarazo de la justicia, es de lo más reconfortante.

Ya hace tiempo que se ha abierto un debate sobre los límites de la propia libertad a la intimidad. La constitución deja claro que toda persona se merece un respeto y una protección, pero la confusión empieza cuando hablamos de un personaje conocido. Determinados medios argumentan que «el interés público» justifica sus ignominiosos ataques con cámaras ocultas, fotos robadas y todo tipo de estrategias de nulo calado ético y, ahora, ilegales.
¿Qué interés público tiene un presentador bañándose o en una fiesta privada con sus amigos? Ninguno, por supuesto. El único interés es el económico de los medios que convierten nuestra vida en sus contenidos. Espero que el ejemplo cunda y que todo aquel que se sienta agredido, lo plantee a la justicia que para eso está.

Me imagino que los medios citados recurrirán hasta el infinito y hasta recrudecerán sus ataques. Allá cada uno con su conciencia. Yo seguiré luchando por defender mi vida privada cuando se apagan las cámaras.

Nota de prensa enviada a los medios de comunicación

BUENAFUENTE GANA EN DOS JUICIOS A LAS REVISTAS DEL CORAZON

«Sorpresa» y «Diez Minutos» condenadas por violar el derecho a la intimidad y la propia imagen.

La justicia ha dado la razón a Andreu Buenafuente en la demanda que este presentó contra la revista «Sorpresa por publicar unas fotografías en las que aparecía desnudo en una cala de Ibiza.
El magistrado considera probado que las imágenes del señor Buenafuente fueron obtenidas de forma clandestina, los fotógrafos estaban ocultos y utilizaron teleobjetivos, y con evidentes fines lucrativos. Además la publicación de esas imágenes se acompañó de textos salpimentados de jocosidad relativos a la vida privada y personal del demandante. Por todo ello el tribunal ha concluido que se produjo una intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen y en el derecho a la intimidad del señor Buenafuente.

En similares términos se pronunció una sentencia anterior contra la revista «Diez Minutos», condenada a pagar una indemnización de 48.000 euros, por publicar una foto y una serie de reportajes sobre la vida sentimental del showman. En el caso de la revista «Sorpresa» el tribunal ha condenado al director, Jesús Manuel López, y a la empresa editora EDIPRESSE HYMSA S.A. a pagar una indemnización de 55.000 euros por el daño ocasionado al demandante. El dinero de estas indemnizaciones será entregado, íntegramente, a la ONG Médicos Sin Fronteras, tal y como Andreu Buenafuente había solicitado al presentar las demandas.

El tribunal condena también a la revista a entregar las fotos, negativos y cualquier otro soporte que contenga las imágenes motivo del pleito y a pagar las costas del juicio. La sentencia establece también que deben poner fin a las intromisiones ilegítimas en los derechos del demandante y abstenerse en el futuro de realizar cualquier actuación que pueda vulnerar los derechos a la intimidad y a la propia imagen del señor Buenafuente.

El abogado del señor Buenafuente, Francisco Pintado, ha manifestado que «su cliente está dispuesto a llevar ante los tribunales a todos aquellos medios de comunicación que vulneren su intimidad y el derecho a su propia imagen». A juicio de este letrado «pese a que la legislación protectora del derecho a la intimidad y a la propia imagen es claramente insuficiente y necesita ser profundamente revisada, la equidad y ponderación de nuestros jueces y tribunales hacen que las resoluciones que se dictan sean siempre ajustadas a derecho».

BUENAFUENTE NUNCA HA AIREADO SU VIDA PRIVADA
En la sentencia el magistrado argumenta que «nada de lo publicado tiene interés ni histórico ni científico ni cultural. La curiosidad humana por conocer la vida de los otros carece de interés social. Por lo tanto debe prevalecer el derecho a la intimidad y a la propia imagen sobre el derecho a la libertad de información».
El tribunal recuerda que la Constitución establece que «los hechos y datos sobre la vida privada ajena no deben constituir materia de información ya que atañen únicamente al sujeto afectado». Tras estos argumentos el magistrado concluye que «aunque el señor Buenafuente sea persona de notoriedad pública goza de los mismos derechos que la Constitución reconoce a todos los españoles».

Previamente, en la sentencia, se da por probado que Buenafuente no consistió en modo alguno a la captación de su imagen ni a la revelación de aspectos íntimos de su vida. Se da por cierto que el demandante es especialmente celoso de su intimidad personal y que no concede entrevistas para hablar de su vida privada.

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