Premio FHM

Miércoles, 26 de enero de 2011

La revista FHM ha hecho un concurso entre sus lectores para dar unos premios de televisión. Y los lectores han tenido a bien darme el de mejor presentador, pero siento decirles que no voy a aceptar este premio. ¿Por qué, se preguntarán ustedes? Porque si sigues leyendo la lista, te encuentras con que, al final, aparece la categoría de «Peor comediante», que ha sido concedida a Pablo Motos. Y esto, no puede ser. Como compañero no puedo apoyar unos premios en los que se humilla innecesariamente la labor de otro cómico. No verás una fórmula como esta en cualquier otra lista de premios, ya sea de cine, periodismo, o cualquier otra disciplina. Pero sí en una de cómicos. ¿Por qué? ¿Porque somos graciosos? De acuerdo, somos graciosos. Pero también somos profesionales.

El ejemplo Gabilondo

Martes, 18 de enero de 2011

Yo no quiero entrar en la decisión que llevó al cierre de CNN+. Es la decisión de una empresa con graves problemas económicos, en el marco de una penosa situación del sector en cuanto a valores y en mitad de un proceso de compra por un gran grupo. Ahí es nada.

Yo quiero hablar de Iñaki. El locutor que yo miraba de escondidas cuando venía a Radio Barcelona y nosotros hacíamos El Terrat. El comunicador con rigor, sensato, crítico, cercano cuando hace falta, distante y periodista cuando es necesario. El hombre que escucharías toda la noche y que (¡por fin!) pudo acudir a nuestro plató.

Era uno de esos momentos que saboreé y disfruté, sintiéndome orgulloso y contento a la vez. La televisión que me gusta es así: genera momentos como estos, te hace sentir listo y respetado como espectador, necesario y agradecido como presentador.

Anoche volvió a pasar lo que sucedía en la radio hace veinte años: «hoy viene Iñaki», decía la gente. Eso es lo que generan los personajes únicos. Y no hay tantos. Os lo digo yo que llevo media vida en esto.

La otra cara del éxito

Viernes, 14 de enero de 2011

Los triunfos pueden tener una cara oculta, una consecuencia. La gran victoria de la selección en el mundial, ha desatado una furia comercial de recuerdos. Esta muñeca (que da un poco de miedo) es una prueba de ello.

La otra cara del éxito

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