Berto

Miércoles, 19 de diciembre de 2007

La cosa fue así: estaba escuchando la radio y me topé con unos tíos raros que se hacían llamar «El Cansancio«. Estaban en Radio 4. Me quedé. Sólo me «quedo» en una emisora si me dan algo que me sorprende y la verdad es que no pasa cada día, ni cada mes. Con El Cansancio sí, por que sonaba diferente. Notabas que allí había algo más que un simple espacio de humor. Llámalo «proyecto» o identidad o sencillamente talento. Dí nota de mi hallazgo a El Terrat y el director de aquella época, Javier Pons, inició la aproximación y se lo curró. Los que no conozcan a Pons deberían saber que una de sus debilidades es apoyar a los que empiezan. Eso dice mucho de él.

Bueno, luego descubrimos que eran tipos normales, honestos y con ganas de pasarlo bien en este oficio tan lleno de interesados. Trabajamos en varios proyectos durante mucho (¡mucho!) tiempo. Probamos un formato en Tv3, pero no nos salió bien. Otros hubieran escondido la cabeza debajo del ala, pero nosotros no tenemos alas. Recuerdo que una noche de viernes fui a ver a Berto en solitario con su monólogo en el teatreneu de Barcelona. ¡Aluciné por un tubo! ¡Era nuevo y muy bueno! Pensé: «no puede ser que no funcione Berto en la tele». Y les propusimos apuntarse al nuevo carro del programa en laSexta. Ante el tropiezo, convicción y apuesta. Se apuntaron el propio Berto y su escudero Rafel, que es de Falset aunque no conozca a Toni Orensanz. ¡Bendita decisión!
Berto
Ahora ya son de los nuestros o nosotros somos de los suyos. Les decía el otro día en un encuentro con los guionistas que no me imagino este programa sin ellos. No podría ser. Berto significa un montón de cosas y es de los mejores humoristas que he conocido. Por eso le propuse que me sustituyera la noche que estaba en Madrid. No voy diciéndolo todos los días por ahí. Es más, no lo había dicho nunca. Berto y sus compinches, significan que no hay que perder nunca la ilusión de tirar hacia adelante y agregar nuevos y buenos compañeros de viaje. Cada noche me sorprende. Y lo mejor de todo, es que se merece todo lo que le pasa porque encima es buen tío. Le estoy empezando a coger una manía…

Cuando se apagan las voces

Lunes, 22 de octubre de 2007

En cuestión de pocos días, se han ido dos grandes de la radio. Carlos Llamas en la SER y Juan Antonio Cebrián en Onda Cero. Dos pérdidas irreparables, dos silencios forzados que nos han llenado de tristeza a todos los seguidores, a todos los que amamos la radio por tantas y tantas cosas.
Micrófono
Lo de Cebrián es muy reciente y todavía me ataca la tristeza cuando pienso en ello. Su programa «La Rosa de Los vientos», era uno de mis favoritos. Todos los sábados y domingos, de madrugada, me reencontraba con su estilo inconfundible, erudito pero cercano, simpático y riguroso que llenaba horas y horas de historia y ciencia. Un pionero de tan solo cuarenta y un años que el infarto traicionero nos arrancó de la noche a la mañana. ¡Vaya mierda! Anoche, la añoranza planeaba , dolorosa, en la antena de onda cero. Estuve llamando para mandarles un abrazo pero la centralita estaba colapsada. No me extraña. No puedo creerme que Juan Antonio haya desparecido. Siempre pasa lo mismo con la gente que aprecias y, de una forma u otra, forma parte de tu vida. Su muerte es un poco la muerte de todos. Un torpedo en nuestra linea de flotación.

Con Carlos Llamas, otro tanto. Hora 25 ya no es lo mismo, sin desmerecer a sus continuadores. Habrá que hacerse a la idea y volver a pisar el acelerador de la vida y de los sueños. Porque la felicidad es frágil y no hay que dejar que la pelota toque el suelo. Vivir, vivir, vivir. Y recordar a los buenos que hicieron un mundo mejor. Hasta
siempre compañeros.

Esta es la música que propongo para el recuerdo. Probablemente, la mejor canción de la historia:

Bravo por Millás

Miércoles, 17 de octubre de 2007

Desde siempre (que yo recuerde), he sido un fan de Juan José Millás. Me parece uno de los escritores más originales, uno de los columnistas más sinceros y directos, uno de los periodistas más honestos y un colaborador brillante de radio. Lo creo sinceramente y no pierdo ocasión de proclamarlo.

De repente lo oigo en «La ventana» de la ser y tengo que mandarle un sms a Gemma Nierga felicitándola. ¡Es brillante y sorprende! Para mí es tan importante una cosa, como la otra. Piensen en comunicadores que les sorprendan. ¿A qué hay pocos? Pues eso. Cuando estás al lado de Millás, sientes el aire de la genialidad, de lo irrepetible y del talento. Es una sensación gratificante. Me pidió que le presentara su último libro «Laura y Julio» en Barcelona y fui con fiebre. No podía perdérmelo.
Juan José Millás
Me encanta que haya ganado el Planeta, a pesar de que cada vez creo menos en los premios. Puestos a darlos, mejor que se lo lleve un creador que no nos defraudará, que se compromete con lo que cree, que dice lo que piensa y que ha hermanado en su narrativa, la literatura y el periodismo como muy pocos lo han conseguido en lengua española. ¡Que lo disfrutes Juanjo!

En cuanto a Boris Izaguirre, reconozco que me va a costar «creerme» su novela, por el recuerdo demoledor de aquellas noches marcianas de pantalón (y calzoncillo) bajados. Pero lo voy a intentar para no quedarme instalado en el prejuicio. A mi también me encantan las frivolidades, pero enseñar el cacahuete, encima de una mesa, supera todos mis limites. Me leeré los dos libros. Los dos me caen bien. «Somos como Batman y Robin», dijó Boris ayer en el programa. Fue un momento televisivo tenerlos a los dos. Una gozada.

Con Francino en Zaragoza

Lunes, 21 de mayo de 2007

Me pide Carlos Francino que le acompañe en Zaragoza y voy para allá contratando los impecables servicios de «Coches Espada». Salgo el jueves, después del programa. Tras las risas, los aplausos y la música, el silencio de una carretera solitaria. Pep, a mi lado. Escuchamos canciones «redondas», de las que siempre funcionan. Supertramp, Rem, Lennon.
 Con Francino en Zaragoza
¿Por qué voy a Zaragoza? Porque me lo pide mi amigo y porque la radio todavía conserva ese veneno dulce y adictivo que me ha traído hasta aquí. Y, además, con el aliciente de coincidir con Javier Coronas, el loco surrealista más entrañable y auténtico del humor que me hace lo que el denomina «una entrevista». Javier tiene esa pinta del que se acaba de levantar de una siesta. Con sus comparaciones memorables, marca de la casa: «en el sentido inverso de las agujas de coser». Nos lo pasamos muy bien y les pregunto a Francino, a Nierga y Barceló en directo qué pasa con lo de la gira de la SER por España: «¿Os han echado de casa? ¿Os habéis separado todos?». Risas y kilómetros.

Unos jóvenes me esperan para las fotos y confiesan que «nos apuntamos a periodismo para llegar a ser como tú». «Siento decepcionaros, pero yo no tengo nada de periodista. Ni la carrera, ni la cabeza, ni la figura. Nada». Más risas. Bueno. Nos vamos a Lleida dónde nos esperan unos «cargols a la llauna», en ofrenda y sin resistencia. Es un restaurante que parece un pub inglés de los años ochenta.

Francino y un servidor estamos entrando en la recta final de la temporada y se nota. Tenemos una mezcla de cansancio y planes de futuro. Curiosa combinación. Como el aceite y el vinagre. Nos traspasamos información, nos aconsejamos y nos orientamos. Para eso sirve, también, la amistad.

Algunos apuntes:

-Sensacional Jordi Gago, en su papel de Jordi, mi amigo de Tarragona en el programa del pasado jueves. ¿Todavía no sabes quién es Jordi Gago?
-Un espectador me anima a seguir dibujando y a revisar los que hizo el poeta García Lorca. Lo haré.
-Cuando no contestas una llamada de móvil varias veces es que no quieres hablar con esa persona. Estamos de acuerdo, ¿no?
-¿Por qué se presenta Xavier Trias a las elecciones por la alcaldía de Barcelona?
-¿Le interesa a alguien la información de la Copa América, a parte de los que toman parte en la Copa América?
-La hija de Ortega, el de Zara, tiene veintitrés años y es la heredera más rica del país. ¿Comprará su ropa en Zara? ¿Se hará un descuento a ella misma?
-Paso unas horas por Madrid y descubro que ya están en el mes de Agosto. Igual estaban todos de vacaciones y no me enteré. Como era de noche…

El

Domingo, 22 de abril de 2007

Vuelvo de Ponferrada, con la sensación de haber «cerrado» todo el asunto del micrófono de oro, la renúncia y su posterior polvareda. Ha sido un viaje intenso y relámpago. Una conferéncia ante un público maravilloso, al lado de Luís del Olmo y Risto. Preguntas, fotos, bastantes verdades en una sala donde solo había curiosidad y cariño. Así da gusto. Así lo reflejó el Diario de León.En PonferradaBuenafuente: «Discrepar no es un pecado, es salud mental»
El popular presentador cumple su palabra y ofrece una charla a los ponferradinos, pero confirma que hoy no va a recoger su premio.
Con el alcalde por los suelos, sentado en primera fila por falta de asientos, el auditorio de la Casa de la Cultura abarrotado y el público entregado, Andreu Buenafuente cumplió ayer su palabra y se presentó en Ponferrada para ofrecer una charla dentro de la Semana de la Radio. De paso, confirmó que hoy no estará en la gala de los Micrófonos de Oro para recoger su premio, en desacuerdo con el galardón concedido a Jiménez Losantos. «No me quedo, mantengo lo que dije, y mi presencia aquí es para aclarar las cosas, porque quiero estar con Luis, nuestro maestro y referente, y no quiero quedar mal con Ponferrada», aseguró el presentador de Antena 3 al subir al escenario. Después, sentado entre Del Olmo y un televisivo Risto Mejide que no apeaba las gafas de sol ni la gorra, reivindicó su derecho a discrepar para abrir «un debate sano» sobre la forma de ejercer el periodismo. «Discrepar no es pecado. Es un síntoma de salud mental», afirmó reclamando humildad en una profesión viciada.
«Los periodistas y la gente de la comunicación, como interlocutores de lo que pasa, deberíamos concienciarnos un poquito más más de la verdadera importancia de nuestro papel», advirtió.

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