Un propósito para este verano que afronto como si no hubiera un mañana tras una temporada más… más… (no sé como definirla).
Propósito
Pablo
Claro, se pone Pablo Novoa delante mío en los ensayos, yo ando siempre garabateando dibujillos y pasó lo que pasó.
Lo imprevisible
Estando con Coronas, nunca sabes lo que va a pasar. Y eso es lo bueno. Eso es todo lo que necesitamos para hacer televisión improvisada.
Gracias Javi.
El gigante surrealista
Raúl Cimas se va haciendo más grande a medida que pasan los días y los programas. Aumenta su surrealismo, su mundo interior en el que vive toda una familia inventada (o no), la ciudad de Albacete y el resto del mundo, Cuerda, el buen cine, los clubs de comedia, la noche, la tarde, el campo y un curioso y genuino sentido común de cómico irrepetible.
Por eso aumenta su tamaño. El real y el figurado (que es mejor). Por eso todo el mundo dice que está en su mejor momento. Por eso, cuando él viene, yo siento que no trabajo y me convierto en su espectador más privilegiado. ¿Hasta dónde llegará?
Los buenos hacen
fácil lo difícil
Lo recuerdo como un programa difícil o complicado, a priori. Una tarde/noche que era un reto. Tenía por delante dos entrevistas para hablar de una peli dura sobre la guerra civil y sus consecuencias («La trinchera infinita») y una serie documental sobre el final de ETA. ¡Casi nada! Antonio de la Torre y Jon Sistiaga, cada uno con lo suyo me iban a abrir las puertas de sus mundos, sus trabajos.
¿Y qué paso? Pues que me lo pusieron muy fácil. Que conseguimos contarlo todo con madurez, sin frivolidades pero, además, en el marco de un programa de entretenimiento.
El equipo de guión y Raúl Cimas me ayudaron a conseguirlo. Y yo me sentí, al acabar, como si hubiera aprobado una asignatura complicada. Un late cuenta la vida y la vida a veces es dura, cruda y áspera. Me volví a sentir orgulloso de un programa maduro que puede transitar por todos los territorios, también el serio y humano. El que nos habla de cuando somos violentos e injustos.
La peli es un peliculón, por cierto, con Belén y el propio Antonio en estado de gracia. La serie de Jon es honesta, esclarecedora y muy bien trabajada.
Los buenos profesionales lo hacen todo más fácil.