Y ahora, todos pendientes de Grecia

Jueves, 21 de junio de 2012

La angustiosa situación actual es como un chicle pegado a la suela del zapato en pleno verano. Es decir, pegajosa, molesta, de difícil solución. ¿Imposible? No lo sé. Yo no tengo suficientes conocimientos para saberlo. Yo, como la mayoría, soy un espectador «infoxicado». Intoxicado de tanta información que va acumulándose en mi limitada cabeza.

Ahora me dicen que las elecciones griegas son determinantes para ese ente llamado «zona euro». Vale. Más madera. También he escuchado a la Merkel recordar que la capacidad salvadora de Alemania no es infinita. Y otra más: España se acerca al rescate total y eso es imposible dado nuestro tamaño.

Ni Nostradamus podría ser tan oscuro y agorero. Más chicles en los zapatos. ¿Saben qué? Me voy a ver a la selección española de fútbol. Es lo único que me relaja. Son buenos, currantes, tienen calidad, modestia y generan ilusión. Yo les compraría un traje y los pondría de ministros. Y Vicente del Bosque, presidente. Se le ve buena persona.

«El Berenjenal» en Interviú.

Jubilea, que algo queda

Jueves, 14 de junio de 2012

De «alucinante» o incluso de alucinógeno calificaría el concierto musical que celebraron en Londres para festejar el 60 jubileo de la reina. Vi a Robbie Williams rodeado de la Guardia Real entonando el «Let me entertain you», a Paul McCartney, Elton John, Stevie Wonder y a decenas de artistas más ante miles y miles de ingleses enfervorizados con su monarca. Banderas, himnos, imágenes de la sufrida posguerra, ovaciones… Un chute de autoestima con corona (colonias incluidas), fuegos artificiales y una Reina que no regala una sonrisa desde 1972 o así.

¡Los ingleses! Dicen que aman a su reina, aunque dudan y critican la institución y lo que cuelga: herederos que no heredarán, nueras díscolas o directamente estafadoras y lo más variado y estrambótico que pueda parir el papel couché. Esta movida no aguanta ni un minuto su traslación a España. Está nuestra monarquía para fiestas y conciertos… ¿Cuál sería el logo? ¿Un elefante? Aquí el Rey, mientras tanto, se ha ido a América a buscar dos cosas: dinero para nuestras arcas llenas de telarañas y credibilidad. Después del tropiezo africano, todo esfuerzo es poco. Le escuché decir: «Cuando trabajo mucho, como ahora, estoy muy bien». O algo así. Cómo cambian las cosas…

«El Berenjenal» en Interviú.

Silbando a trabajar

Jueves, 31 de mayo de 2012

Escribo estas líneas sin saber exactamente el nivel de silbidos que se escuchó en la final de Copa, cuando sonó el himno español. Hablo de la Copa del Rey sin Rey. Una Copa sin Esperanza, la presidenta, que a pesar de vaciar un bidón de gasolina sobre los ánimos de las dos aficiones, se quedó en su casa. Quizá se quedó pendiente del teléfono, esperando que le digan a cuánto asciende el agujero de Bankia. Si es que alguien lo sabe, claro. Yo haría una porra entre los contribuyentes. Y de regalo, una cadenita de esas con las que los bancos ataban los bolígrafos. Ataban los bolígrafos con cadenita y los perros con longanizas. Y ahora se habla de un gran banco nacional formado de bancos rescatados. Un banco patera.

Fútbol inflamado, economía en ascuas, mundo recalentado… Según dicen, Pep Guardiola planea irse con su familia a pasar un año sabático a Nueva York. Quizá allí sí que vayan silbando a trabajar. Aquí vamos sobrados de enanos (porque nos han crecido los enanos), pero solo se silba en los estadios contra una realidad que nos incomoda. Lo de ir a trabajar ya es una suerte reservada para muy pocos.

«El Berenjenal» en Interviú.

Demasiadas cosas en la cabeza

Jueves, 24 de mayo de 2012

Casualidad fatal: anoche hablaba con mis mejores amigos sobre la incapacidad de acumular tantos datos en nuestras cabezas de casi cincuenta años. «La mía está a tope, ya no me cabe nada más, se me olvidan las cosas», decía uno. Otro añadía: «Cada vez que debo entender algo nuevo, sé que esto empujará algo antiguo y que lo olvidaré». Cabezas como discos duros hasta el límite, con el ventilador en marcha para que no estallen del recalentamiento. Así está la mía, la de muchos.

Esto es una gran olla a presión. Y van y me escriben de Interviú: que voy tarde. ¡Joder, se me olvidaba! Claro, normal. Tengo la cabeza como una bandada de miles de golondrinas enloquecidas. Primas de riesgo, crisis, indignados, recortes, bancos, créditos, urgencias, mi programa que se acaba, ¡malditas audiencias!, ¿qué quiere la gente?, ¿seré yo?, ¿quién soy?, ¿alguien sabe quién es de verdad?, ¿nos estamos «estupidizando»?, ¿tendrá razón Vargas Llosa en su último ensayo?, más crisis, titulares apocalípticos, primeros incendios de primavera, vacaciones sin ganas, muchos sin vacaciones, golondrinas, golondrinas, golondrinas… ¿Por qué las veo oscuras?, ¿tendría razón Bécquer? ¿Hubo algún tiempo bueno para la lírica?

«El Berenjenal» en Interviú.

Las cajas negras

Domingo, 20 de mayo de 2012

Atención, metáfora: puede que lo de Bankia sea la caja negra donde encontremos la explicación del batacazo económico de este país, de ese accidente que ha descacharrado nuestra economía hasta dejarnos averiados en la cuenta de Europa y del mundo. En esa caja negra encontraríamos la contrastada inoperancia de los políticos cuando se meten a banqueros. Si los banqueros ya no saben hacer bien de banqueros, imagínate a los políticos…

Lo primero sería reconocer el accidente (dignificando a sus víctimas, que somos todos) y no marear más la perdiz. Ese Rodrigo Rato diciendo que la deja bien es de vergüenza ajena. ¡Pero si se sabe todo! ¡Si las cuentas supuran activos tóxicos! ¡Si casi no queda un banco bueno! ¿A quién quieren engañar? El Gobierno la va a rescatar. Se le ve a la legua y, otra vez, enmascarar esas y otras intenciones no hará otra cosa que encender aún más a la gente.

Reconoce el error, pasa de la imagen exterior y de los mercados. Ponte a trabajar en una dirección clara, sanea el maldito sector bancario y reactiva las financiaciones para que el tejido empresarial pueda respirar, para que la sociedad pueda plantearse un futuro a corto plazo.

Si no se va de cara, lo de Bankia es una caja negra o, algo peor, una caja de Pandora versión Tim Burton de donde van a salir tempestades. Y, por favor: bájense los sueldos, que hay cinco millones de parados. Muchas gracias.

«El Berenjenal» en Interviú.

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