Negar la rabia genera más rabia

Jueves, 5 de abril de 2012

Caminé por Barcelona horas después de la manifestación del pasado jueves, huelga general. Vi un cajero destrozado y una pintada enorme con pintura roja: RABIA. Ya sabemos que esa violencia no va a ninguna parte, pero no olvidemos que la protagonizan los exaltados de siempre. Los que se confunden entre una masa legítima, ruidosa, cabreada, que se quiere hacer oír. Esa masa bien podría hacer suya solo la palabra RABIA. Rabia, impotencia,… Negar eso desde las instituciones, obviarlo o menospreciarlo sólo alimenta la espiral. La gente (que no es tonta) sabe que hay que apretarse el cinturón, pero, ojo, no va a tolerar que esto se haga injustamente. Es decir, perdiendo derechos básicos y cargando sobre los más necesitados. Es de cajón.

Los bancos siguen en el ojo del huracán, donde se han metido ellos solitos, y el Gobierno debe demostrar que le importa más su país que aprobar con nota en eso tan abstracto que se llama Europa. Si no lo hace, la RABIA (que no desaparece, más bien se transforma) seguirá suministrando energía al pueblo cabreado. Yo no hubiera hecho una huelga. Las manifestaciones bastaban para expresar lo que piensa la mayoría de la gente. Y lo que piensa ha quedado muy claro.

«El Berenjenal» en Interviú.

Mourinho y Messi (La noche y el día)

Viernes, 30 de marzo de 2012

Los dos empiezan con eme, pero solo se parecen en eso. Imaginemos que un balón de fútbol tiene dos caras. Como una luna. La cara en la que da la luz, la que vemos, la que nos hace soñar y hasta jugar a ser poetas, sería la de Messi. La otra cara, la oculta, la desconocida, la inquietante sería la de Mourinho. Son polo opuestos. El argentino solo quiere jugar y el portugués solo quiere ganar. Y, además, no sabe perder.

El primero es fantasía, magia, color improvisación positiva, contención, control del ego. El segundo es todo lo contrario. Mourinho siempre está enfadado, nunca tiene la culpa de nada, resume en un «¿por qué?» su desubicación permanente y su paranoia. (Recuerdo una frase de película: «Cuando no sabes dónde está el problema, es que el problema eres tú»). Mourinho fue fichado como antídoto para la mejor época del Barça y ahora es un virus extraño y nocivo en un cuerpo histórico como el de Real Madrid. Mourinho y Messi. Dos emes. Menos y más. Y, en este caso, menos no es más.

«El berenjenal» en Interviú.

La decisión de Pep

Jueves, 22 de marzo de 2012

Pep Guardiola, entrenador del Fútbol Club Barcelona, debe ser la única persona de España en estos momentos que se está pensando si sigue en su puesto de trabajo o lo deja voluntariamente. El fútbol siempre es un mundo aparte. Cuando medio país se ha quedado sin uñas esperando la recuperación económica, los elegidos del balón (no todos, claro) pueden permitirse el lujo de marcharse a su casa renunciando a una ficha que sonrojaría hasta a un banquero. Lo de Guardiola es un sinvivir en Cataluña. Resulta que el entrenador del mejor equipo del mundo de la historia no lo ve claro.

Respetando los motivos personales y la libertad de cada uno, hay algunas cosas que no me cuadran y que nos dejan cada año en la misma encrucijada. Es evidente que Guardiola no tienen sintonía en la junta. De no ser así, este hombre tendría un cargo vitalicio, un lugar de privilegio en el club, el nuevo Ferguson, ya me entienden%u2026 ¿Por qué no sucede esto? Nunca los sabremos porque la conocida discreción catalana ya se ocupa de no airear las desavenencias. El aficionado (y hasta los jugadores) solo quiere que el sueño no termine. Desea que el éxito se convierta en estilo, en un sistema de trabajo y de futuro que garantice buen fútbol, fantasía, emoción y espectáculo. Pero Guardiola%u2026 Como no da entrevistas, no sabemos qué le preocupa realmente. No podemos ayudarle, solo sentarnos y esperar. ¿Puede llagar a cansar la gloria? En Cataluña ya se utiliza el verbo guardiolear. Dejo que cada lector busque una definición.

«El berenjenal» en Interviú.

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