A veces me pregunto por qué pinto. Es una pregunta un poco absurda porque pintar, dibujar, es una expresión, una necesidad, una terapia… Es un montón de cosas. Voy acumulando obras, algunas mejores que otras pero todas responden a un momento, a un estado de ánimo, a unas ganas de experimentar y, sobre todo, de pasármelo bien. También tengo la costumbre de regalar algo de lo que hago. Normalmente, me aseguro de que a la persona le hará ilusión ya que de lo contrario no tiene ningún sentido. Cuando esto sucede, es como si se cerrara el círculo de la creación. Esto es lo que me sucedió con mi amigo Ernest. Le regalé una pintura porque es un buen amigo y tiene mucha sensibilidad para el arte. La sorpresa (agradable) fue comprobar que la ha enmarcado y la ha incorporado a su fantástica colección, algo que sin duda me supera. Fui a ver a mi (su) criatura. Y ahí estaba, orgullosa y digna, al lado de algunos consagrados. Por cosas así, vale la pena seguir pintando.
Se cierra el círculo
El típico tío
Con el que sales de fiesta, te lo pasas en grande y luego no te acuerdas de nada. Tu quedas «perjudicado» pero él más.
40 años y un día
Pues Berto ha cumplido los cuarenta. Ahí está el tío como si nada. Según dijo: «no tiene mérito lo de cumplir años. Van llegando. Solo tienes que sobrevivir y vas cumpliendo». Hombre, vale, pero lo queríamos celebrar en el polígono del amor.
Por eso le regalé una de esas cosas que hago yo. Escogí una de las cientos de fotos que puedo llegar a tener del muchacho (es lo que tiene llevar siempre la cámara encima) y la combiné con una obra mía. Ya he dicho alguna vez que mi faceta artística, modesta pero intensa… casi obsesiva, tiene sentido cuando la regalo a los amigos. Y así fue.
Felicidades Berto.
Tuit de medianoche
Estreno de Nadie Sabe Nada. Estoy volviendo a casa. Me lo he pasado bien en el escenario. Ha venido el público y muchos amigos. Más que nunca. El estreno con más cariño que recuerdo. Gente que quiero y que admiro. Siento que el esfuerzo tiene esta maravillosa recompensa. La risa, la comedia, que tanto me ha dado, vuelve a tenderme la mano. Gracias a todos.
Pd: no he cenado. ¡Y que más da!
El hombre es el mejor amigo del perro
Sí, ya sé que la frase original es al revés. Pero también funciona si cambias el orden. Y todavía más, cuando ves situaciones como esta.
Buenos Aires, Argentina. Un joven pasea dos perros. Uno de ellos decide dejar un «regalo» en la acera. Su propietario, siempre atento, recoge con una bolsita las minas anti-zapato. Así como cambias los pañales de tu hijo porque lo quieres, no se me ocurre otra explicación para este momento. Solo te recoge las cacas un amigo. Y eso, los perros, deberían saberlo.