Estocada a la cultura

Jueves, 30 de agosto de 2012

Cuando no te tomas en serio la cultura, o la ves como una amenaza, o sencillamente no te interesa que la gente sea más culta, más lista, más crítica y abandone el aborregamiento, puedes tomar medidas como las del aumento del IVA. El aumento sin precedentes es una estocada en toda regla al mundo del espectáculo. El cine español, tocado desde hace tiempo, quizás no se recupere. El teatro, un nido de entusiastas, sufridores y apasionados del oficio, está que alucina. «¿Cómo vamos a subir las entradas en la situación actual?», se repiten como un mantra todos los afectados. ¿Qué pasará? Que no se podrán subir y, como ya sugirió un lumbreras del Gobierno, habrá que asumir y absorber la subida, ganar menos y, en muchos casos, abortar infinidad de proyectos y de producciones.

Si a eso le sumas que hay un montón de ayuntamientos que no pagan, ya tienes otro sector canino y con los pelos de punta. Un sector que será un reflejo de la sociedad: no habrá clase media. Solo quedarán megaproducciones. La infantería de la cultura (actores, técnicos, productores, managers, pintores, escritores de ventas modestas, artistas noveles…) todos a sufrir. No vale la excusa de que «en tiempos de crisis, antes un hospital que una exposición». Eso es demagógico e interesado. No hay que llegar ahí, porque es evidente y palmario. El cortoplacismo nos impide proyectarnos unos cuantos años más adelante. Habremos superado la crisis (estafa) sí, pero seremos unos tontos a las tres. Y todos nos tememos que al Gobierno eso no le molesta.

«El Berenjenal» en Interviú.

Amo a Marilyn

Martes, 31 de julio de 2012

Todos la amamos. Incluso los que no lo saben todavía. Soy un pescador habitual de fotos en internet y puedo decir, con conocimiento de causa, que Marilyn gana por goleada. Hay cientos, miles de ellas. Posados, robados, casuales… Antes las coleccionaba, pero tuve que dejarlo.

Lo que sí hice fue otro experimento: ¿qué pasaría si la dibujara sin toda su belleza? Dibujar lo contrario de lo que el icono significa. A partir de un retrato de Avedon (posiblemente, el mejor que le hicieron nunca), me salió esto. La Marilyn que no existió. Aunque, como bien sabemos, debajo de la belleza física había una chica triste que luchaba por encontrar la estabilidad. Y nunca lo consiguió.

«Fotodiario» en El Periódico

Marilyn Monroe

Peliculeros

Jueves, 17 de mayo de 2012

¡Qué bien lo pasamos haciendo parodias de pelis!
Un día a la senana, Berto, un servidor y a veces Corbacho jugamos a hacer cine. Ha sido uno de los descubrimientos del nuevo programa. El reto era hacerlo casi como ellos, los originales, pero con alma de payasos. Deformando, riéndonos. Creo que nos ha salido muy decente. Muy buen trabajo también el de los compañeros de maquillaje, vestuario y realización.

Ojo que viene «Pulp fiction».

Pulp fiction

El crack de Sacha Baron Cohen

Martes, 28 de febrero de 2012

Hay que ser un crack para colarte en la alfombra roja disfrazado de dictador (promocionando tu nueva peli, claro) y tirarle las cenizas de Kim Jong-Il al reportero de televisión que te entrevista. Una hazaña al alcance de muy pocos cómicos que, aprovechando una rendija del sistema, pone en entredicho la pompa promocional de este evento.

Los Oscar consiguen que los odies y los ames al mismo tiempo. Es algo increíble. La crítica más repetida horas después es que no han sorprendido, que son previsibles e incluso aburridos.

¿Pero como van a sorprender? Los Oscar son el escaparate, la punta de lanza de la inmensa industria de este sector en Estados Unidos. A pesar de que pasen horas bajas de creatividad (como ha señalado un siempre acertado George Clooney), mueven muchísimo dinero y muchos intereses. En ningún caso van a permitir que la gala sea transgresora, se reinvente o provoque. Jamás.

Esta pensada para que hablemos de los vestidos (vaya aburrimiento) de los artistas, está perfectamente calculada para la televisión (de ahí la prisa sostenida, la brevedad de las intervenciones, el ritmo), y por encima de todo, debe generarte más ganas de ir al cine. Ya está. Estos son los Oscar.

Esta frustración permanente es un poco absurda ya que estamos esperando algo que nunca pasará. Solo hay que conocer un poco a los norteamericanos para ver como blindan los formatos que van bien, desnaturalizándonos si hace falta.

Hace poco vi el mítico «Saturday Night Live» y me aburrí como ostra. Una decepción. Era una sucesión de gags entre corte y corte de publicidad. ¡Qué lejos quedan los setenta con Belusi, por ejemplo! Un tipo genial que se encerraba en su camerino y decía que no salía cuando el programa es en directo. Luego salía, claro, y lo bordaba. Genialidad, incorrección, provocación…

Todo eso se ha ido diluyendo con el tiempo. Se ha ido amaestrando. Y los Oscar son la sublimación del amaestramiento. Por eso aluciné con Sacha Baron Cohen aunque solo fuera como pegarle una patada a un dinosaurio.

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