Miedito
Viernes, 24 de mayo de 2013
Verde que te quiero verde
Sábado, 20 de abril de 2013
Me llegó un vídeo a través de Twitter. Se trataba de Primavera Verde, y no tardé ni dos minutos en lanzarlo de nuevo a la red, que es la manera actual de apoyar algo. ¿Por qué lo hice? Pues porque, como puse en mi blog, se trataba de «la dignidad mirándote a los ojos». Es un vídeo sencillo, pero eficaz. Directo, honesto, donde el ruido y el escándalo de los afectados por las hipotecas adquiere una dimensión humana y serena. Son hombres y mujeres de todas las edades y procedencias (futuros sin techo) mirando directamente a cámara y soltando verdades como puños, dramáticas evidencias, animándote a actuar… Es magnético, no puedes mirar hacia otro lado. En el vídeo hay algún votante del Partido Popular, gente humilde que nos recuerda que «Europa ya nos ha dicho que no es justo» y que no se trata de politizar el conflicto, sino de humanizar las soluciones.
Si tienes dos dedos de frente, algo de corazón y de sentido común, te quedas petrificado. No tienes otra alternativa que la de apoyar. Ahora que los escraches famosos están en el ojo del huracán, muchos aprovechan para criminalizar a la PAH, desviando el foco con la insana finalidad de seguir desoyendo el clamor popular. Sí, los escraches son agresivos. No pueden ser de otra manera. ¿Qué haríamos si estuviéramos en su situación? Es gente que se queda sin casa, ante las casas de los que pueden y no quieren evitarlo. Delicadísima ecuación, sin duda. Pero si creen que a golpe de leyes preventivas y desesperadas van a callar a los afectados de la PAH, lo llevan claro. Hay una rabia colectiva, una evidencia que pesa toneladas y que seguirá empujándolos a seguir pidiendo justicia social. Las medidas serán más o menos afortunadas; pero como les asiste la dignidad, no cejarán en el empeño y, al final, lo conseguirán. Estoy convencido.
Mientras tanto, resuena la sabiduría del desaparecido Sampedro y ese desencanto que tiñó sus últimos años de vida. ¡Dejó dichas tantas verdades! Una de ellas: «Vivimos en una democracia autoritaria, donde el pueblo no es soberano». Ahí queda eso.
«El Berenjenal» en Interviú.
Primavera verde
Martes, 9 de abril de 2013
Cuando la dignidad te mira a los ojos.
Siempre hay que mirar hacia arriba
Viernes, 22 de marzo de 2013
He pasado muchas horas (por cuestiones de trabajo) con una marioneta muy parecida al actual presidente del Gobierno. Tan parecida que se permite hablar en su nombre y, por lo que dice, se diría que lo conoce personalmente, ya que no podrías distinguir cuando habla el muñeco y piensa la persona y viceversa. Así las cosas, tocamos los temas más importantes y «calientes» de las últimas semanas, que no son pocos.
Marianeta salió airosa de todos ellos con esa mezcla de política y carácter gallego, tan idónea para no venir a decir nada. Cuando ya terminábamos y, con las cámaras desconectadas, le pregunté: «¿Es usted optimista?». «Sí», dijo automáticamente. «Por tres razones: la primera es que siempre quedas bien diciendo que lo eres. La segunda es que no cuesta dinero serlo, y la tercera es que, mire usted, no nos queda más remedio tal y como estamos». Y añadió: «Siempre, siempre, hay que mirar hacia arriba, hacia la luz». Horas después cayó un meteorito.
«Fotodiario» en El Periódico
Esto no es (B)ida
Domingo, 17 de febrero de 2013
No sé cómo funcionan de verdad los países. No sabría decir qué los cohesiona, cuál es la materia común que crea un vínculo entre los ciudadanos que viven dentro de esos países, pagando sus impuestos, alegrándose, sufriendo, soñando… En realidad, el concepto de país está ahora más en entredicho que nunca. Muchos lo explican como un sentimiento, y ahí es donde empiezan (y nunca acaban) algunos de los debates que marcan los tiempos actuales.
Lo que no podemos negar es que, en estos momentos, pertenecemos administrativamente a un Estado llamado España, «un lugar de desencuentro», como escribe Albert Sánchez Piñol en su reciente y brillante novela «Victus». Y España, ahora, solo tiene algo común entre todos sus habitantes: el cabreo. España está herida de gravedad con el escándalo de los famosos papeles de Bárcenas que salpican al partido en el Gobierno, empezando por su presidente.
Así no se puede (B)ivir.
Me sorprende la vehemencia, la contundencia con la que los afectados lo niegan todo. Si esto fuera una partida de póquer, puede decirse que los del PP van con todo, a muerte. Así que si se demuestra que van de farol, no les quedará otro remedio que irse en bloque. Cuando juegas tan fuerte, debes ser consciente de las consecuencias. La primera ya la estamos viendo: hartazgo y cabreo máximo de la población.
Yo creo que se prepara una primavera caliente como no hemos visto todavía. Aquellas pancartas donde se leía «No es una crisis, es una estafa» eran desgraciadamente proféticas. Mientras se pregonan y se aplican los recortes y la austeridad, unos señores, ¡en el Gobierno!, se lo llevaban crudo. ¡Esto no es vida! Con v y con b de bochorno. Mariano podría haber reconocido mamoneo en su partido (como en todos) y comprometerse a depurar inmediatamente. Podría haber pedido perdón y ponerse a trabajar desde ya, para recuperar lo que queda de confianza en la clase política. En lugar de eso, no dio la cara, salió dentro de una televisión y lo negó todo mientras le temblaba la voz. No es un hombre de Estado, y ahora los frágiles y cuestionados Estados necesitan hombres de verdad.
«El Berenjenal» en Interviú.
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