Una tarde, un monólogo, volver a reconectar con algo que se me da bastante bien. Maquillaje, un camerino, compañeros, público…
Volver un poco para comprobar que nunca «te vas» de lo que te gusta.
Próximamente en sus pantallas.
Una tarde, un monólogo, volver a reconectar con algo que se me da bastante bien. Maquillaje, un camerino, compañeros, público…
Volver un poco para comprobar que nunca «te vas» de lo que te gusta.
Próximamente en sus pantallas.
El aplauso y el cariño que recibió Manuela Carmena en ‘Late Motiv’ fue proporcional a su generosidad y colaboración con el programa. Se le quiere. Se le echa de menos. Mucho.
Hablamos poco pero lo entendemos todo. Javier siempre está ahi, en su caos preparado, en su incorrección endémica. Javier Coronas siempre parece que está volviendo a casa después de un largo día pero, en realidad, está a punto de darlo todo con una generosidad que ya no se lleva.
Comediante por naturaleza, escéptico de manual, harto de imposturas y dignificador del exabrupto. Este señor es mi amigo. Vive en otro mundo más auténtico que el nuestro y viene una vez a la semana para recordárnoslo.
Se acerca un programa especial. Uno de los más especiales que hemos hecho. Un programa de apoyo, de alivio y de cariño hecho con el corazón y usando lo que mejor se nos da y nos pidieron: comedia.
Hemos estado en La Palma con ‘Late Motiv’ sin sensacionalimos. Un poco de información contrastada, escuchando a los que saben y buscando las risas con esa gente a la que hay que apoyar (no solo ahora) y aplaudir y que llenaron una terraza delante del mar para buscar algo parecido a la normalidad.
La naturaleza a veces es incontrolable y monstruosa pero la condición humana le hace frente y mira a los ojos del volcán.
Late Motiv por La Palma.
Próximamente.