Una tarde, un monólogo, volver a reconectar con algo que se me da bastante bien. Maquillaje, un camerino, compañeros, público…
Volver un poco para comprobar que nunca «te vas» de lo que te gusta.
Próximamente en sus pantallas.
Una tarde, un monólogo, volver a reconectar con algo que se me da bastante bien. Maquillaje, un camerino, compañeros, público…
Volver un poco para comprobar que nunca «te vas» de lo que te gusta.
Próximamente en sus pantallas.
El genial Ramón Gómez de la Serna durante, quizás, uno de los primeros monólogos registrados. Año, 1928. Lo peor estaba por llegar.
Sorpresas me da la vida. Una tarde, me vi presentando un monólogo para «Window to Spain«, una bonita iniciativa en New York que intenta acercar la cultura española a los norteamericanos.
Nos concentramos en el Bar Basque que dispone de una pantalla gigante justo en la plaza de enfrente. Tú estás cenando y puedes ver la televisión como nunca la has visto. Así es como funciona la cosa.
Nosotros mandamos un monólogo inédito que grabamos en las últimas semanas de BFN. Fue una tarde muy curiosa, rodeados de decenas de jóvenes españoles que están en la ciudad por diversos motivos.
Agradecí que se incluyera la desprestigiada televisión en un menú audiovisual y alerté sobre los peligros de llamar «Window to Spain» a la idea. «Actualmente, tal como están las cosas en España, más de uno se lanzaría por esa ventana». Risas, unos vinos, buenos amigos, contactos y una extraña sensación de estar en casa sin estarlo.
No es fácil encontrar un libro concreto y, mucho menos, si eres el autor.
No se por qué motivo, siempre pasa algo. O se ha acabado o no lo tienen o, como en este caso, hay que buscarlo como un detective.
Lo encontré en el apartado de diseño y arquitectura.
Será para comérselo.
Sant Jordi, firma de libros en El Corte Inglés de Diagonal en Barcelona, de 11 a 14h.